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BMW Serie 1 118d

La marca bávara no ha renunciado a sus señas de identidad al diseñar este modelo. Es el único compacto del mercado con propulsión, hecho que valorarán algunos usuarios.

BMW jubila al excelente Compact y presenta un automóvil cargado de virtudes que hará las delicias de los conductores más deportivos. Es el único coche del segmento compacto de propulsión lo que aporta una serie de ventajas. Vamos a verlas una a una:

La propulsión trasera garantiza sobre todo agilidad en curvas y una mayor maniobralidad. Al mismo tiempo, posibilita una distribución ideal en todo el vehículo. Ya que el peso se reparte equitativamente entre los ejes delantero y trasero, de modo que las masas distribuidas por tarado específico proporcionan el comportamiento de guiado neutro que se desea. Del mismo, al llevar la propulsión trasera, los influjos negativos sobre la tracción en el eje delantero son algo completamente ajeno al 118d. La razón es la estricta separación de dirección y tracción. De este modo, se consigue un ángulo de giro mayor, lo que se traduce en una mayor maniobralidad.

Bastidor excelente
El diseño de la suspensión, también pone su “granito” de arena para conseguir que el 118d sea una de las referencias más importante del segmento. El eje delantero está construido en aluminio. Se utiliza una bieleta de reacción a tracción de doble articulación de aluminio. Además, se utiliza un soporte hidráulico del motor para garantizar un excelente confort antivibraciones y acústico.

Por otra parte, el eje trasero es del tipo multibrazo contruido en acero aligerado que ofrece mucha precisión de guiado y un alto nivel de confort. Esto es posible gracias al doble soporte elástico de alojamiento y al óptimo apoyo sobre la carrocería.

Con un chasis tan bien puesto a punto, no es de extrañar que el BMW 118d sea toda una delicia, es más, de todos los compactos que hemos probado hasta ahora, tenemos que decir que éste nos ha sorprendido gratamente. Es neutro de reacciones y sobre todo muy fácil de llevar a ritmo elevado. Siempre se encuentra ayudado por un dirección con una excelente precisión, que te ayudará a inscribir el coche en las curvas. Pero tanta deportividad tiene su inconveniente, a ritmos normales es un coche apto para todos los públicos, pero cuando se acelera el ritmo la cosa de complica y los conductores menos experimentados que desconecten el DSC –control dinámico de estabilidad- pueden llevarse más de un susto.

Los que se frotarán las manos serán los antiguos usuarios de BMW. El comportamiento del eje trasero me recuerda mucho al de los antiguos BMW E-30, aunque en este caso, el 118d es mucho más progresivo y dócil de reacciones que su predecesor. De todos modos, el DSC está muy bien tarado y sólo interviene lo justo y necesario, por lo que algunas veces no resulta interesante desconectarlo completamente. Para hacerlo, hay que mantener pulsado el botón durante unos segundos y... Comienza un mundo de sensaciones.

Motor agradable y económico El motor Diesel del 118d nos ha parecido ideal para las pretensiones del vehículo. No es un portento en prestaciones, pero su capacidad rutera y prestaciones son más que notables. Este propulsor tiene una cilindrada de 1.995 centímetros cúbicos y desarrolla una potencia de 122 caballos a 4.000 revoluciones por minuto. Aunque lo mejor de este motor es generosa dosis de par de 280 Nm a sólo 2.000 revoluciones, por lo que el agrado de conducción en ciudad y las recuperaciones fulgurantes en adelantamientos están aseguradas. Para los más exigentes, BMW ofrece la versión 120d con 163 caballos, el motor de cuatro cilindros más potente del segmento, hasta que llegue Volkswagen Golf monte el nuevo 2.0 TDI de 170 caballos. Los consumos se mantienen dentro de unos márgenes muy ajustados, con una media de 5,6 litros a los 100 kilómetros.

Interior pequeño
Con una longitud de 4.227 milímetros y anchura de 1.751 milímetros, nos ha sorprendido el poco espacio interior que ofrece. El espacio de las plazas traseras está muy limitado, sólo ofrece 66 centímetros de espacio para las piernas, mientras que modelos con una longitud similar, como un Fiat Stilo, ofrecen hasta 75 centímetros. Las zona delantera está mucho más desahogada. En este caso, nos encontramos con un puesto de conducción ideal, todo queda a mano y adoptar la postura correcta al volante es muy sencillo gracias a los múltiples ajustes de los asientos y a la graduación en altura y profundidad del volante.

Con un precio de 25.400 euros, el BMW más pequeño no es precisamente barato. A cambio, ofrece un comportamiento dinámico excelente, el mejor de la categoría. Además, es un producto realizado bajo los estándares de calidad de BMW lo que siempre es un garantía, aunque con algunos detalles mejorables, aún así es una excelente compra para el usuario que valore la deportividad intrínseca de los modelos de Munich.

Publicado el 04/02/2007 a las 16:50