El Opel Astra GTC turbo es un compacto de “Altas Prestaciones” que cuenta con un diseño atractivo, un chasis exento de radicalidad pero con una suspensión que puede ser confortable. Por motor y concepción podemos tener un coche agradable que nos permite utilizarlo a diario.
La carrocería es completamente nueva– solamente el capó y el paragolpes delantero son los mismos que en la versión de cinco puertas. Tiene una superficie frontal ligeramente menor y un coeficiente aerodinámico un poco más bajo (Cx= 0,32), lo que da como resultado una aerodinámica alrededor de un 4% mejor (Cx x A= 0,66 m2) que la versión de cinco puertas.
Diseño deportivo
Desde nuestro punto de vista el diseño de la carrocería del GTC está muy bien conseguido, siendo uno de los compactos más atractivos del mercado. Tiene unas líneas compactas, una zaga bien rematada y un diseño muy bien proporcionado. Estéticamente no cuenta con demasiados detalles, tan sólo la plaquita de “Turbo” situada en el portón trasero, al lado de las siglas GTC, nos indica que estamos ante una versión diferente.
Cuando accedemos al interior percibimos rápidamente que la posición de los asientos es más baja que en la versión de cinco puertas, aunque el espacio para la cabeza es sólo ligeramente menor. Más aún, el GTC tiene la misma distancia entre ejes (2,61 metros) y el mismo volumen de maletero (380 litros) que el Astra cinco puertas. El maletero no está adaptado para alojar correctamente los triángulos de emergencia y esconde una rueda de repuesto que es de emergencia.
Los respaldos de los asientos traseros pueden ser plegados en secciones 60:40 (opcionalmente en secciones 40:20:40) para un uso más flexible del interior. Las plazas traseras no plantean problemas de habitabilidad, recordemos que está homologado para transportar a 3 ocupantes. El espacio para las piernas de los pasajeros del asiento trasero es de 890 mm. Los asientos son confortables y con un mullido que tira a duro, aunque no llegan a tener un claro carácter racing.
El aspecto del interior es muy bueno. Todos los materiales están muy cuidados en cuanto a su apariencia y el terminado es más que correcto en líneas generales. Igualmente nos gustó el diseño y el tacto del volante. La consola central acoge a un buen número de botones, y aunque no presente la sencillez –por ejemplo- de un Renault Mégane, toda la botonería está bien ordenada y no necesitamos demasiado tiempo de adaptación para hacernos con ella. Tan sólo echamos en falta un botón para accionar el aire acondicionado directamente, ya que para ponerlo en funcionamiento tenemos que entrar en el menú del ordenador.
Motor suave y prgresivo
El motor 2.0 Turbo de 200 cv de nuestro protagonista es el más potente de la gama. Permite alcanzar una velocidad máxima de 234 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos. Para recuperar de 80 a 120 km/h en quinta velocidad necesita 0,1 segundos más (7,9 sg). Esta excelente elasticidad se debe a las características de su curva de par: 250 Nm están disponibles en una amplia gama de revoluciones y a partir de solamente 1.950 rpm y el valor máximo de 262 Nm se alcanza a 4.200 rpm.
Éste tipo de motores sobrealimentado cada vez es más utilizado por los fabricantes en sus creaciones más deportivas, recordemos que el desaparecido León Cupra R y el Renault Mégane RS, tienen un motor de estas características. En el GTC el comportamiento de la mecánica es muy plano, que nadie espere un exagerado “efecto turbo” porque no lo van a encontrar, eso si, obtendrán buenos resultados y buenas cifras de par en todo el margen de utilización. El motor siempre está lleno con fuerza pero sin ser nada bestial, en el GTC Turbo todo está muy domado. Por su parte, el escape emite un sonido muy racing -en las fuertes aceleraciones y en las retenciones-, que hará las delicias de los más apasionados.
Los consumos se ajustan a lo esperado en una mecánica de estas características, aunque si que es cierto que podían ser algo más ajustado. El punto de referencia a la hora de analizar el gasto de combustible, se sitúa sobre los 10 litros que el GTC turbo suele consumir en condiciones normales. Se Pueden obtener mediciones por debajo de 9 litros con un tipo de conducción muy suave. Si aumentamos el ritmo en carretera con velocidades comprendidas entre los 130 y 140 Km/h el consumo siempre se situaba entorno a los 12 litros. En conducción deportiva en carretera de montaña obtuvimos registros de 25 litros.
Cambio de seis velocidades
Tiene un cambio de seis velocidades con un desarrollo más bien corto. El tacto es agradable pero los recorridos son demasiado largos, aunque se puede manejar con rapidez.
La carrocería es 15 mm más baja -que la versión de cinco puertas- gracias a la utilización de unos muelles más cortos. Los muelles y amortiguadores son más firmes. Dependiendo del motor, la dureza de los muelles se incrementa entre cuatro y cinco puntos porcentuales. El GTC, que viene equipado de serie con unas atractivas llantas de 16 pulgadas de diámetro.
El GTC Turbo puede contar con un generoso grupo de elementos electrónicos que nos hacen las cosas mucho más fáciles al volante. Destaca el sistema de suspensión adaptativo IDSPlus -disponible opcionalmente-. Si pulsamos el botón Sport situado en el salpicadero activamos el modo deportivo, que incrementa la firmeza de la suspensión, endurece la dirección y recorta el recorrido del acelerador para obtener una respuesta más rápida (solamente si lleva instalado el IDSPlus).
Con la suspensión en modo normal, el coche da cierta sensación de flotación, aparte de sufrir balanceos y movimientos de suspensión más amplios. Con el modo Sport no vamos a encontrarnos de repente con una configuración extremadamente radical, pero si algo más racing.
Con la suspensión en “modo sport” el GTC no alcanza las sensaciones de un coche con tacto “deportivo”. Los balanceos y los movimientos son notorios, sobre todo tiende a hundir más en el tren trasero que en el delantero a la hora de realizar los giros. Con todos los controles activados, la situación está perfectamente controlada, no existen ni los sustos ni los sobresaltos, todo va sobre raíles. Si mantenemos pulsado el botón Sport durante unos segundos, podremos desconectar el ESPPlus, para tener mas libertad de movimientos.
Cómodo en carretera
La entrada en curva responde con un carácter, quizás, demasiado subvirador y si no somos muy cuidadosos con el gas, el subviraje aumenta de manera desmedida –ni el control de estabilidad lo elimina por completo-. La zaga se mueve generosamente, tanto de forma horizontal como en vertical. En cuanto la provocamos, entra al trapo para ayudar a redondear los giros o para cruzarse por completo. El equipo de frenos cumple correctamente.
Por 26.053 euros tenemos el GTC más potente y equipado, con 6 Airbags (Frontales, laterales, Techo), ABS, control electrónico de estabilidad (ESP), chasis IDS rebajado, suspensión deportiva con Sport Switch, asientos deportivos, parabrisas panorámico, retrovisores exteriores eléctricos y térmicos, faros antiniebla, aire acondicionado y climatizador electrónico.
Los rivales que tiene son de todos los colores y precios. Los que más se asemejan por concepción son el SEAT León 2.0 TFSi Sport-Up de 185 cv –el más económico de todos-, Audi A3 2.0 TFSi Ambition DSG 200 cv y Renault Mégane 2.0T RS 3p 225 cv.