El Suzuki Grand Vitara es un todoterreno medio con una buena capacidad para circular fuera del asfalto y con un precio que le posiciona como una interesante alternativa frente a sus rivales. El Grand Vitara 2.0 litros de 140 CV está disponible en tres acabados, con unos precios que oscilan entre los 23.489 € y los 33.194 €.
Entre los modelos de la competencia, por precio, resultan muy interesantes el Hyundai Tucson y el Kia Sportage. Considerablemente más caros son el Nissan X-Trail, el Toyota RAV4 y el Land Rover Freelander 2.
Amplio y versátil
Probamos la versión con carrocería de 5 puertas, que tiene unas dimensiones de 4.470 mm de largo (incluida la rueda de repuesto), 1.810 mm de ancho y 1.695mm de alto. Las ruedas delanteras están situadas más adelantadas, para mantener un voladizo delantero corto y una batalla larga en cuanto a la longitud general. De esta forma se consigue mayor estabilidad y un mayor espacio interior. El corto voladizo delantero de 755 mm contribuye a un ángulo de giro mínimo de 5.5 mm.
El habitáculo está homologado para acoger a cinco ocupantes (tiene una longitud de 2.760 mm, desde los pedales al maletero). El espacio de su interior es correcto, teniendo en cuenta las dimensiones de la carrocería. La postura, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, es elevada. La medida longitudinal no plantea problemas para las piernas de cinco pasajeros adultos.
Los asientos traseros tienen una división 60:40 para permitir el transporte de objetos largos al tiempo que caben dos personas sentadas. La parte central del respaldo del asiento se pliega formando un reposabrazos. Los asientos pueden ser plegados o volcados hacia delante dependiendo de las necesidades del equipaje. La capacidad del maletero es de 398 litros con los asientos traseros en posición vertical y se incrementa a un volumen máximo de 1.386 litros. Las formas regulares y el piso plano del maletero le hacen ser muy útil y práctico para introducir todo tipo de objetos. La apertura del portón del maletero es lateral, y se abre hacia la derecha. El maletero está equipado con ganchos, luz, enchufe de 12V y un compartimento bajo el suelo muy práctico.
Los asientos delanteros pueden ser de reglaje eléctrico y calefactables. El asiento del conductor se puede ajustar en altura. Todos los asientos de nuestra unidad estaban revestidos con tapicería de cuero. El tacto del cuero resulta agradable, aunque nos resbalábamos con facilidad. Además, la banqueta de los asientos (sobre todo, la de los traseros) es muy plana y no permiten tener la sujeción adecuada, sobre todo cuando conducimos en campo y subimos por rampas pronunciadas.
Por equipamiento, no es los modelos de su categoría con mayores posibilidades (faltan elementos como los sensores de lluvia y luz, navegador y alarma entre otros). Si que tiene otros elementos interesantes como el arranque sin llave, techo solar, control de estabilidad, ópticas de xenón o airbag de cortina.
El equipamiento correspondiente a la seguridad pasiva está formado por los siguientes elementos: airbag frontal, laterales y de cortina, cinturones de seguridad delanteros de 3 puntos con pretensores y limitadores de fuerza y anclajes para silla de niños Isofix.
Un todoterreno de verdad
El Suzuki Grand Vitara presenta un sistema 4x4 de 4 modos con un diferencial central. El modo “4H” es el modo 4x4 permanente. En este modo, el diferencial central, que incluye la función Centro Diferencial LSD (Limited-Slip-Differential), suprime el efecto de frenado cerrado que aparece en el sistema 4x4 rígido, por lo que facilita la conducción en las condiciones más complicadas.
El diferencial central está bloqueado en los modos extra-tracción del 4H Cerrado (High) y 4L Cerrado (Low). El sistema dispone además de un modo neutral.
El bastidor presenta una suspensión delantera independiente McPherson y una trasera multibrazo. El Suzuki Grand Vitara equipa control de estabilidad, sistema de frenado antibloqueo (ABS) con distribución electrónica de frenada (EBD) y control de tracción.
Gracias al ángulo de ataque, paso ventral y de salida (29º, 19º y 27º respectivamente), resulta con todoterreno correctamente capacitado para atravesar dificultades fuera del asfalto. Además, la tracción integral y la posibilidad de bloquear el diferencial son también grandes aportaciones.
Las suspensiones son demasiado rígidas, y el recorrido de las mismas es escaso para circular en campo. Es un coche que tiende a generar rebotes incómodos al pasar por los baches y las irregularidades de, por ejemplo, un camino. En carretera, su comportamiento es el normal y esperado en un todoterreno de estas características: la carrocería tiene una inclinación acusada, las inercias en las curvas se hacen notar (pesa 1.595 kg) y el alto centro de gravedad nos hace sentir que no estamos ante un turismo.
Dinámicamente, el Suzuki Grand Vitara resulta un todoterreno con un subviraje en curva demasiado acusado. Esta reacción tan pronunciada no nos permite ir todo lo rápido y ágil que debiera en pistas de tierra. En asfalto tampoco hay que ir muy ágil para que el subviraje aparezca con facilidad.
Mecánica y prestaciones
El motor de nuestra unidad de pruebas es un 2.0 litros de 140 CV atmosférico con sistema de distribución variable (denominado comercialmente como “VVT”). A bajos regímenes es un propulsor suave y silencioso, y además responde mejor de lo que cabe esperar. Para obtener la respuesta deseada, hay que moverse por encima de las 4.000 rpm hasta las 6.000 rpm, régimen en el cual obtenemos la potencia máxima. En ese margen de respuesta se muestra como un motor muy ruidoso (se transmiten demasiadas resonancias al habitáculo) y menos refinado que cuando se utiliza a bajos regímenes.
El consumo puede llegar a ser elevado. En ciudad se superan con facilidad los 12 litros, y en carretera es prácticamente imposible bajar de los 8 litros. Las prestaciones son normales y no especialmente destacables (acelera de 0 a 100 km/h en 13,6 y consigue una velocidad máxima de 170 km/h).
El tacto que transmiten los diferentes elementos mecánicos (motor, pedales y cambio) no son los que podemos encontrar en un coche de última generación. Se nota que la tecnología que utiliza el Suzuki Grand Vitara ya tiene unos años. La dirección nos informa perfectamente del guiado del tren delantero y tiene una asistencia adecuada. El cambio presenta un tacto muy duro y cuesta trabajo manejarlo (parece que es muy duro y resistente). En cuanto a los pedales se echa en falta un ajuste más preciso y refinado. El pedal del freno es muy esponjoso y con mucho recorrido. Por su parte, el equipo de frenos se agota con facilidad y tiene una mordiente más bien justa en condiciones normales.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: G. Rodríguez y Suzuki
